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En aquella ciudad santafesina se desarrolló, el jueves pasado, un encuentro sobre la problemática de la inseguridad a la que Lucía, como director de Tranquilidad y Prevención del municipio francés de Nanterre que es, asistió para brindar sus conocimientos.

El encuentro estuvo organizado por el municipio local comandado por el socialista Miguel Lifschitz, y se encuadra en una serie de conferencias que llevan por nombre “Ciudades cívicas y seguras”. Sin embargo, algo falló.

Luego de la tertulia, Lucía fue a cenar al exclusivo restorán Davis, junto a funcionarios locales y representantes de distintos países de América y Europa. Con él llevó la cámara filmadora en la que registró varias de sus vivencias en Argentina, con el fin de volcarlas en un trabajo posterior.

“La filmadora de Lucía desapareció cuando fuimos a almorzar al Davis, al que no accede cualquiera, porque no es barato. Se la tiene que haber llevado alguien que estaba comiendo ahí”, aseguró al diario Crítica Claudio De Luca, uno de los organizadores del encuentro.

La cosa fue así: en un momento del almuerzo, Lucía y los demás comensales se distrajeron viendo pasar un buque (Davis queda al borde del Paraná), en el respaldo de su silla dejó colgando la cámara que le robaron sin que nadie se diera cuenta. La Policía todavía no pudo dar con el ladrón.

“Se desesperó. Para él la cámara es lo de menos, pero tenía fotos de todo su trabajo en la Argentina, que le servían para desarrollar algunas de las experiencias que estuvo viendo”, explicó De Luca.